Seguro que si lanzamos al aire la pregunta de quién recuerda la tabla periódica de memoria puede que encontremos alguna respuesta… Pero si preguntamos si alguien recuerda al profesor que le hizo sonreír o simplemente captó su atención por las palabras que utilizaba, encontraríamos seguro muchas más respuestas y la mayoría acompañadas de una sonrisa.
Una de las actitudes más positivas de identificar es aquella que se muestra con la risa. Integrar esa positividad en la formación es fundamental para conseguir ese necesario engagement. Y si puede ser de inicio, mejor. Si todos conocemos los beneficios de la risa ¿por qué no considerarla en nuestras formaciones online?
Introducir el humor en la formación se convierte en una estrategia de aprendizaje para cualquier disciplina. El humor se convierte en motivación y en elemento facilitador del aprendizaje. Se convierte en una forma de transmisión de conocimiento en modo mensaje positivo. Es capaz de conseguir que cualquier temática sea para todo y toda participante. Además, el objetivo final debe ser el que quieran hacer el curso, quieran aprender y tengan curiosidad.
Aspectos del humor en la formación
Para utilizar el humor como técnica en su adecuada medida debemos considerar aspectos tales como:
Debe ser entendido en el contexto de quién debe aprender y qué debe aprender. El éxito de utilizar esta estrategia radicará en elegir y planificar el tipo de humor más apropiado en el contexto formativo, introduciéndolo como elemento que despierte el interés, la curiosidad, la motivación y las emociones…. Y también, elegir en qué momento introducirlo y con qué intensidad.
Podemos utilizar metáforas o los propios casos reales que se sucedan en su día a día ya que en la mayoría de los casos la realidad supera la ficción, cualquier supuesto por el que se puedan sentir atracción y que despierte esa necesaria curiosidad.
Es necesario tener claro cómo es el público objetivo al que nos vamos a dirigir para saber qué tipo de humor es el que podemos utilizar. El lenguaje, diseño, estilo, supuestos prácticos, etc. será distinto en función del perfil que va a recibir la formación.
Definir los momentos clave. Dentro de todo contenido hay momentos en los que se reduce la carga teórica o es necesario aludir a supuestos reales o noticias de actualidad para reforzarlos, es en esos momentos es los que podemos emplear el humor.
Ser prudentes. Como en todo, la prudencia es fundamental, poco y bueno puede ser más que suficiente para conseguir el interés de los destinarios y destinatarias de la formación. Y si, aun así, consideras que tu público objetivo no aceptaría ningún tipo de humor, sencillamente no lo incluyas.
Conclusión
El humor ayuda a crear y conservar el interés, mantener la motivación y concentración y sí, hacer la formación mas divertida.
Porque como dice uno de nuestros autores más admirados “sin emoción no hay aprendizaje” Francisco Mora, ¡arranquemos unas sonrisas!