
La demografía laboral está experimentando un giro sin precedentes: en apenas un lustro, casi la mitad de quienes sostienen el tejido productivo superarán los 50 años. Este dato, lejos de ser solo una estadística, exige repensar la organización del trabajo y activar mecanismos que permitan aprovechar el valor de décadas de experiencia acumulada.
El envejecimiento de la fuerza laboral obliga a rediseñar condiciones laborales: flexibilidad, ergonomía, salud y conciliación se convierten en prioridades ineludibles. Pero el verdadero reto va más allá de la adaptación física o logística. La cuestión central es cómo evitar que el conocimiento crítico se pierda cuando los expertos sénior se jubilan o cambian de rol. La clave está en convertir la transferencia de conocimiento en un proceso transversal y permanente, capaz de atravesar todas las áreas y fronteras de la organización.
La literatura especializada lo confirma: la transferencia y creación de conocimiento, junto a la experiencia, constituyen hoy el núcleo de los factores críticos para el éxito empresarial. Marshall, Bender, Fish y Garvin coinciden en que el aprendizaje organizativo solo es posible si el conocimiento se desarrolla, conserva y expande eficazmente, incluso más allá de las fronteras físicas de la empresa.
Sin embargo, trasladar experiencia no es un proceso elemental. Requiere comprender cómo se transmite eficazmente, contextualizando el conocimiento para que el receptor lo adapte a su realidad. Aquí, el lenguaje común —la jerga compartida, la terminología propia de cada actividad— es un prerrequisito esencial: solo cuando todos hablan el mismo.
Este reto demográfico es la oportunidad para multiplicar el valor de la experiencia y construir organizaciones más inteligentes y humanas.
La inteligencia artificial emerge como la tecnología facilitadora para afrontar este reto. Más allá de la automatización, la IA permite:
La captura y gestión masiva de conocimiento plantea, sin duda, interrogantes éticos de primer orden:
El reto demográfico es, en realidad, una oportunidad para construir organizaciones más inteligentes, resilientes y humanas.
Adaptar las condiciones de trabajo y activar la transferencia de conocimiento —con la IA como catalizador y la ética como brújula— permite no solo retener el valor de la experiencia, sino multiplicarlo a través de generaciones.
El éxito en la próxima década dependerá de la capacidad para combinar, transformar y expandir el conocimiento colectivo, integrando tecnología y valores en la gestión del talento.
En eTrivium ayudamos a las organizaciones a transferir el conocimiento de forma eficiente reduciendo costes operativos y aumentando la productividad.
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